Creo que el título se presta para muchas interpretaciones de este editorial, pero en mi mente hay una sola. Quiero aclarar antes que todo que soy fan acérrimo de Microsoft: adopté la filosofía de desarrollo de Microsoft para mis aplicaciones personales, de hecho, utilizo Visual Studio para desarrollar, en Java por ejemplo, cada vez que puedo. Siempre he utilizado sistemas operativos Windows desde 1995 y para terminar de rematar el asunto, tengo dos dispositivos que en su momento fueron de la marca Nokia pero que trajeron con sigo Windows Phone 8: los clásicos Lumia 520 y 620. Me he negado rotundamente a cambiarlos porque, aunque ya les tengo un reemplazo en mente, no llena mis expectativas con respecto a todo lo que puedo hacer con mis teléfonos «viejos».
Cuando llegue Windows 10 Mobile todo cambiará decían…
Y a punto está de lanzarse y no ha cambiado demasiado la situación. La llegada de Windows 10 Mobile supondría ser el punto de inflexión de Microsoft para impulsar el número de dispositivos móviles en el mercado, añadido al anuncio de nuevos dispositivos que apoyarían la moción. Además, la noticia de que Microsoft le daría soporte a los antiguos teléfonos Lumia que soportaran Windows Phone 8 o posterior sería la cereza del pastel y el panorama rendía pleitesía para que todos los planes de la compañía para beneficiar a sus usuarios fuera un éxito. El horizonte hoy dista de ser todo eso que nos imaginamos, o por lo menos de que lo que imaginé. Los lectores que me han visto comentando en el blog sabrán que siempre defendí a capa y espada la plataforma. En mi mente y mis conocimientos de desarrollo sabía que este trabajo no es fácil (aún lo sé, vale aclarar). Crear un sistema operativo en base a otro y que mantenga la esencia es complicado, y más aún, que permanezca con mejores funcionalidades de la mano con un rendimiento igual o mejor que el anterior. Es verdad que Microsoft procuró escuchar a los usuarios, que muchas veces algunos de ellos siquiera tuvieron la idea (y aún existen los que no tienen la más remota idea) sobre de qué va Windows Insider. Las constantes quejas a las que se refería mi compañero Benjamín Martini en su editorial de personas que se registraban solo para obtener lo último y luego quejarse lo veía casi una molestia. Windows 10 Mobile aún estaba en una etapa de desarrollo muy temprana y considerar que el sistema operativo no iba a tener futuro era motivo de diversión para mi. Hoy estamos ante la RTM y Microsoft ya lanzó la primera actualización acumulativa de Windows 10 Mobile y todavía siento que no está listo, a falta de una supuesta actualización de firmware (para ser muy optimista, a decir verdad) que no se sabe aún si en realidad vendrá.
Ya no puedo más tapar el sol con un dedo, siquiera con las manos. Pareciera que Microsoft está jugando a copiar lo que hizo unos años atrás con Windows Phone 7 y hacerlo ahora, pero de otra manera; me refiero a que esta vez no cortó de plano el soporte a Windows Phone 8, sino que nos está casi que obligando a adquirir mejores dispositivos para tener una experiencia con Windows 10 Mobile «aceptable». He querido ser optimista con esto, pero dame la razón, usuario común, si teniendo un dispositivo con 512 MB de RAM se te ejecuta perfectamente (ojo, no vale «aceptablemente») el sistema operativo, al menos si tienes un gama media del rango x3x de los Lumia si se te ejecuta muy bien. ¿Tengo razón? Por lo menos, si tienes un Lumia 530, dime si a lo sumo puedes instalarlo.
Ya no puedo más tapar el sol con un dedo, siquiera con las manos. Pareciera que Microsoft está jugando a copiar lo que hizo unos años atrás con Windows Phone 7 y hacerlo ahora, pero de otra manera.
«Es más rápido el Samsung DUOS de mi madre»
Mi pareja actualmente posee el Lumia 520 que le di prestado para que probara Windows Phone. Normalmente utilizaba un Alcatel Pop 2 con Android pero se le cayó y se le rompió el cristal, dejando casi inutilizable el táctil. Como, por el momento, no puede adquirir uno nuevo, y yo tenía el Lumia 520 para pruebas, accedí a prestárselo hasta cuando ella pudiera arreglar su dispositivo. Aunque no lo crean, esa fue la perfecta excusa para hacerla acreedora de la plataforma desde ahí, y lo terminé logrando hasta cuando probó Windows 10 Mobile.
El Lumia 520 pasó por tres builds: la 10166, la 10549 y la 10581, todas probadas por mi novia con la consigna de que «será mejor que la anterior«. Le instalé las aplicaciones que en su caso usa habitualmente: 6tag, Facebook, WhatsApp, B612 y TubeCast; gracias a Dios ella no utiliza Snapchat, no utiliza Twitter, pero si utiliza mucho aplicaciones de retoques fotográficos. Logré convencerla que con 6tag era suficiente, aunque luego aprendió a utilizar la tienda para encontrar aplicaciones que hicieran eso. ¿El resultado? «Es más rápido el Samsung DUOS de mi madre que este teléfono», o «Quiero mi Alcatel, por lo menos no se me cerraban las aplicaciones», frases que a un fanboy como yo no le podían doler más, hasta tal punto que no tenía más excusas para decirle. Mi solución fue colocarle Windows Phone 8.1 al dispositivo, a lo que después de un mes la frase fue, «¿por qué no le habías puesto éste antes? Es mejor y se ve igual que el otro», refiriéndose a la similitud entre Windows Phone 8.1 y Windows 10 Mobile en interfaz gráfica (una pena que no haya notado la diferencia). Ella es la representación perfecta de lo que piensa un usuario común que solo quiere su teléfono para hacer cosas tan básicas como revisar Facebook y, que se ralentice o que al abrir WhatsApp quiera tomar una foto y ésta aparezca en verde la pantalla. Son situaciones en las que queda uno mal parado, en este caso Windows 10 Mobile. Ella aprendió a saber qué hacer cuando le ocurren situaciones como éstas, una pena. Lo más seguro es que me devuelva el Lumia 520 apenas le reparen su teléfono.
¿Por qué Windows 10 Mobile no funciona bien en terminales antiguos?
Microsoft quiso hacer un cambio total en un sistema operativo que si bien era rápido, es renuente a ser modificado. Redmond se dio cuenta que en Windows Phone había que lanzar actualizaciones importantes para poder cambiar x o y funcionalidad, así sea mínima, y eso requeriría más trabajo para los desarrolladores en modificar el mismo código para todas las ROMs.
Anteriormente existían las aplicaciones nativas que se ejecutaban de la mano del sistema operativo móvil y no paralelamente a él como ocurre en Windows 10 Mobile. Lo que Microsoft buscó fue quitar el código de esas aplicaciones que trabajaban en conjunto al núcleo del sistema operativo para reemplazarlas con aplicaciones que serían instaladas y actualizadas frecuentemente desde la Tienda para minimizar el trabajo y desarrollo. Supondría esto, entonces, que se liberarían recursos para que Windows 10 Mobile funcionara mejor, y esos recursos libres que dejó la eliminación de las aplicaciones nativas en Windows Phone podrían utilizarse para añadir otras funcionalidades que se estaban necesitando, como, por ejemplo, la optimización del rendimiento vía administración de kernel o también llamado núcleo del sistema. El meollo del asunto es, el hacer ésto daría como resultado un doble consumo de la RAM de los dispositivos ya que no es solamente el núcleo del SO el que se está ejecutando (y no voy a ahondar en detalles sobre este tema), sino que también hay un uso paralelo de la memoria virtual para las aplicaciones (segundo plano), es decir, doble consumo. ¿recuerdas el anuncio de la nueva metodología de administración de memoria virtual? ¿alguna vez te has dado cuenta que las aplicaciones no se cierran del todo cuando le das al botón de atrás?. Un dispositivo con 512 MB de RAM, que tiene un limite de memoria virtual de 256 MB, a duras penas puede ejecutar algo así, y ahí radica la disminución del rendimiento de Windows 10 Mobile. Añadirle a eso que aún la mayoría de las aplicaciones (para no generalizar) aún poseen errores en la interfaz gráfica, o de plano, se cierran por la misma causa que expliqué. ¡Chapó, Microsoft!
Extraño a Windows Phone, lo admito
«Un sistema operativo que está creado para usuarios y por usuarios, no debería ser una tortura, sabiendo la etapa de desarrollo en la que está.»
Lamentablemente después de tanto tiempo de defender lo que Microsoft podría ser, estoy en un momento de decepción rotunda. Mi jefe de edición dice que la experiencia en el Lumia 950 XL es un mundo totalmente distinta a lo que es en su Lumia 925, eso apoya mi tesis de que Microsoft nos está silenciosamente obligando a migrar a nuevos dispositivos. Con Windows Phone 7.8 lanzó una actualización que apenas traía novedades y reducía el rendimiento respecto a Windows Phone 7.5; con Windows 10 Mobile, Microsoft no ha querido hacernos el feo de nuevo, pero lo ha cambiado con una actualización con el mismo nombre que reluce muy bonito por fuera, pero por dentro no deja de ser una actualización a medio camino para que cambiemos a un dispositivo más reciente.
Es una pena que Windows 10 Mobile todavía posea un color verde, raya en lo inaudito: un sistema operativo que está creado para usuarios y por usuarios, no debería ser una tortura, sabiendo la etapa de desarrollo en la que está. Le doy la razón a aquel usuario que decía «nada de chocolate, pero si mucha espuma«. La misma Microsoft ha impulsado que muchos usuarios se vayan de la plataforma en el peor de los casos, o que se queden en Windows Phone porque su más reciente sistema operativo solo es capaz de ejecutarse bien en 5 teléfonos (juzgad vosotros cuáles). Extraño Windows Phone por cómo Microsoft logró orientar un sistema operativo para dispositivos que no requieren de Windows Hello o Continuum, y mucho menos la basura de Astoria dentro del núcleo del sistema operativo. Extraño Windows Phone porqué era posible hablar de ello y reír comparando como se ejecutaba más rápido que en un Android gama alta. Extraño a Windows Phone porqué siquiera mi teléfono se calentaba al hacer una llamada. Lo más probable es que extrañe a Windows 10 Mobile dentro de poco, pero mientras me hago a la idea, paso mi Lumia 620 a Windows Phone.
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