Como todos sabemos, Microsoft anualmente lanza dos actualizaciones importantes para su sistema operativo Windows 10. Cada una de estas nuevas versiones trae diversas novedades que indican ser para el usuario un proceso extenso a la hora de instalarlos mediante los diferentes métodos disponibles por parte de la compañía, no obstante, Redmond ha venido trabajando para que el proceso de instalación y actualización de nuevas versiones en Windows 10 sea lo menos traumático posible. Hoy, Microsoft ha anunciado aún más mejoras en este apartado que, según la compañía, sugieren ser significativamente importantes.
En una publicación en el Blog Insider de Windows, Joseph Conway, Senior Program Manager del equipo Fundamentals de Windows, explica que muchos de los procesos realizados durante la actualización indican un uso de cadencia entre las fases online y offline, siendo mas utilizado este ultimo. El equipo de desarrollo ha movido ciertos procesos del modelo antiguo de actualizaciones desde la fase offline al online, permitiendo entonces bajar el tiempo promedio de instalación de 82 minutos en duración de la actualización a sólo 30 minutos. Esto supone una mejora sustancial de hasta el 63% a comparación con la actualización Creators Update de Windows 10.
El detalle consiste en mover dos procesos importantes que se realizaban normalmente en la fase offline a la fase online en el nuevo modelo de actualización. Durante la descarga de la nueva versión de Windows 10, el contenido del usuario se preparará para realizar la migración, la cual se encarga de hacer una copia de seguridad de todas las configuraciones y datos importantes del usuario en el dispositivo; a su vez, la nueva versión será ubicada en una carpeta temporal donde ahí también funcionará el sistema operativo en vez de hacerlo cuando todos los archivos de instalación se descarguen.
Debido a estos cambios, la fase en línea para la actualización de la función llevará más tiempo para completarse. Sin embargo, esto no debería ser notorio para la mayoría de los usuarios, ya que los procesos de configuración se ejecutan con baja prioridad, por lo que no tendrán un gran impacto en la duración de la batería del dispositivo o en el rendimiento del sistema.
Estas mejoras se podrán disfrutar a partir de la próxima versión de Windows 10, la Spring Update, que estará disponible en el mes de abril.