Tarde o temprano todos los servicios de suscripción actualizan sus tarifas, ya sea por una simple cuestión de paso de tiempo y evolución de precios, o por el hecho de aumentar sus inversiones en producciones propias, lo que hace que aumenten sus gastos y por ende suelan subir sus precios. Un ejemplo reciente ha sido el de Netflix y ahora el que nos ocupa, la subida de tarifas de HBO.
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