Windows 10 posiblemente sea la principal apuesta de Microsoft desde hace mucho tiempo, un sistema para todo tipo de dispositivos que supone un salto cualitativo muy importante. En la conferencia Ignite de Microsoft, el evangelista de desarrollo Jerry Nixon, dejó caer una frase cuanto menos llamativa «En estos momentos estamos lanzando Windows 10, y porqué Windows 10 es la última versión de Windows, todos estamos trabajando en Windows 10″.
Esto que en un principio puede parecer algo extraño, es simplemente una aclaración de la nueva política de la compañía. Jerry se refiere a que a partir de ahora, Windows está pensado como un servicio que seguirá recibiendo mejoras sin necesidad de grandes actualizaciones que «requieran» un cambio de nomenclatura ni de numeración, es decir, tendremos actualizaciones periódicas que irán añadiendo mejoras sin necesidad de una gran actualización que las traiga. Pensando en ello se hizo la separación de componentes del sistema operativo, un ejemplo lo tenemos en las algunas secciones para convertirlas en aplicaciones universales como las actuales de Juegos, Correo o Calendario; éstas podrán ser actualizadas y mejoradas de forma independiente.
En definitiva, lo que se busca es que se asocie Windows como un servicio sin importar el número del mismo, al igual que, por ejemplo, se actualiza Chrome y se reciben mejoras sin que nadie repare en que número de versión tiene.
De todas formas, esto es una intención, y como todo en el campo de las tecnologías, el día de mañana puede cambiar y decidir dar una nueva vuelta de tuerca al sistema lo suficientemente importante como para que se planteen lanzar un nuevo Windows.
¿Qué te parece esta nueva forma de enfocar Windows?
Gracias Manu por el aviso.