Nuestro protagonista, Marty, está pasando una tranquila tarde en su casa bebiendo cerveza cuando alguien, o algo, le pasa un disco de vinilo por debajo de la puerta. En el momento en que Marty enciende el tocadiscos y la música heavy empieza a sonar, el mismísimo diablo aparece para robarle sus cervezas. Marty trata de evitarlo lanzándole el disco de vinilo, pero sólo consigue cortarle un brazo al demonio cervecero. Indignado, nuestro héroe decide implantarse el brazo del demonio amputado en su propio cuerpo usando unas cadenas y material de bricolaje del que disponía para perseguirle hasta el mismísimo infierno para recuperar sus cervezas.